UkraineWord ha hablado con Valentyn Badrak, Director del Centro de Estudios sobre Ejército, Conversión y Desarme, sobre los logros de la industria de defensa de Ucrania, lo que puede ofrecer a sus socios, las perspectivas de cooperación y los retos a los que se enfrenta.
En primer lugar, representa una oportunidad para fabricar conjuntamente armas probadas en combate.
En segundo lugar, Ucrania tiene unos mercados de armas bien asentados y, junto con las empresas occidentales, estos mercados se pueden ampliar, lo que llevaría a un aumento de los volúmenes de producción. Esto entraña un gran potencial para el desarrollo de tecnologías punteras y la introducción de nuevos equipos.
En tercer lugar, dicha cooperación es un paso adelante para reforzar la seguridad global, ya que crea una oportunidad para desplazar a Rusia del mercado global de armas.
Ahora, profundicemos en los detalles de cada uno de los puntos. La producción activa de armas en Ucrania comenzó en verano de 2022, que estaba marcada por la aparición de un “ejército de drones” a iniciativa del Ministerio de Transformación Digital y encabezada directamente por el viceprimer ministro Myjáilo Fedorov.
La segunda etapa de desarrollo tuvo lugar en junio de 2023, cuando el Presidente de Ucrania nombró a un nuevo responsable del Ministerio de Industrias Estratégicas, dando luz verde para la producción de todo lo que sea posible.
Sin embargo, incluso antes de mediados de 2022, a pesar de que el ejército ucraniano apenas compraba nada para sí mismo a los productores locales, el complejo de defensa ucraniano contaba con valiosos desarrollos.
En primer lugar, aunque Ucrania heredó de la época soviética pocas instalaciones que fuesen capaces de producir sistemas de armamento completos (sólo el 10% de todos los productos de defensa podían fabricarse en Ucrania mediante un ciclo de producción completo, como los aviones militares de transporte, los tanques y algunos sistemas de radar), ha conservado una potente base dedicada al mantenimiento y servicio de todo tipo de material militar, incluso de aquel que no se producía en el país
. Esto abarcaba más de tres docenas de plantas de reparación.
En segundo lugar, Ucrania cuenta con las instalaciones de producción de componentes cruciales, como los motores de aviación, las turbinas de gas para buques militares, las armas de aviación y los misiles aire-aire, etc.
Esto permitió que Ucrania estuviera bien posicionada en el mercado global de armas. Gracias a los contratos del mercado global, Ucrania fomentó el desarrollo de centros de producción especializados, que previamente no existían en el país.
Por ejemplo, incluso antes de la agresión rusa de 2014, se creó un centro de producción de vehículos blindados ligeros y Ucrania comenzó a fabricar vehículos blindados de transporte de personal y vehículos blindados ligeros. Y, si nos remontamos a los principios de la década de 2000, en aquel tiempo Ucrania creó una unidad especializada en la producción de sistemas de misiles antitanque.
Impulsado por las inversiones nacionales, surgió un centro de sistemas aéreos no tripulados. En la actualidad, hasta unas 200 empresas operan en este sector. También, ha arraigado un centro de sistemas robóticos terrestres, que cuenta con más de 20 empresas que desarrollan activamente este tipo de sistemas.
Además, existe incluso un centro de guerra electrónica de nueva creación, que ha dado lugar a potentes sistemas de fabricación ucraniana como “Bukovel” (Proximus) o “Anklav” (“Ukrspetstéjnika”). De la misma manera han surgido los drones marítimos como una grata consecuencia de los avences antes mencionados.
También, ha surgido un centro de producción de artillería autopropulsada. El sistema ucraniano de artillería autopropulsada “Bohdana”, de la que, antes de la guerra, sólo existía un modelo, ahora se fabrica a un ritmo de hasta 8 unidades al mes. Este ritmo de producción está a la par con el de la compañía francesa «Nextera», que produce el sistema de artillería autopropulsada “Caesar”, similar al de “Bohdana”.
Todos estos centros especializados siguen evolucionando y avanzando. Por ejemplo, Ucrania está desarrollando su propio sistema de misiles antiaéreos y se está debatiendo la posibilidad de fabricar helicópteros.
Prueba de ello es que, en la planta de Motorsich, se han establecido líneas de producción de cajas de engranajes y de aspas, mientras que las empresas de defensa han desarrollado un sistema de armas controladas específicamente adaptado a los helicópteros.
Por ejemplo, tras su modernización, los antiguos sistemas de misiles antiaéreos S-200 de la era soviética ahora pueden emplearse eficazmente a distancias superiores a los 300 km. En particular, es un hecho conocido que este sistema modernizado derribó con éxito un bombardero ruso de largo alcance Tu-22M3 a una distancia de 308 km.
Se han realizado importantes esfuerzos de modernización de los sistemas de lanzamisiles múltiples, impulsados por los encargos estatales. Los sistemas de los tres calibres disponibles en Ucrania se han modernizado por completo.
El “Vilkha-M” es el sistema más avanzado, con un alcance de hasta 110 km. Otros sistemas que se podrían destacar son el “Bureviy”, una versión mejorada del BM-27 “Uragan”, y el “Beret”, antes conocido como “Grad”.
Además, habría que destacar el sistema de misiles costeros de Ucrania, en concreto, el sistema de misiles crucero antibuque R-360 “Neptún”, con un alcance operativo de hasta 80 km.
Las capacidades modernizadas de la artillería de cohetes de Ucrania están a la altura de las capacidades del enemigo. Por ejemplo, el “Vilja-M” es comparable con el sistema “Tornado-S” de Rusia, un sistema de nueva creación que Rusia comenzó a producir en serie solo en 2022.
Una ventaja significativa de los productos de la industria de defensa ucraniana es el hecho de que han sido probados en condiciones de guerra real, lo que podría generar una fuerte demanda en el mercado mundial de armamento
.
Ucrania ya está cosechando los beneficios de las cinco empresas conjuntas que están en marcha actualmente. En particular, destaca la alemana Rheinmetall, que alberga ambiciosos planes para un futuro de colaboración entre Ucrania y Rheinmetall.
El consorcio germano-francés KNDS también ha informado sobre sus intenciones de desarrollar un nuevo sistema de combate terrestre en colaboración con Ucrania
Y, por supuesto, la empresa turca Baykar ya ha establecido su presencia en Ucrania y, según una declaración de su director general en febrero de 2024, dentro de un año, la empresa estará operativa.
La cooperación entre las empresas ucranianas y las empresas extranjeras se percibe como mutuamente beneficiosa. Ucrania cuenta con sus mercados tradicionales, mientras que los socios tienen establecidas sus propias redes en el mercado de defensa.
Esta sinergia permitirá ampliar el alcance geográfico de las cadenas de suministro y presenta una oportunidad de suplantar la presencia de Rusia en numerosos mercados, lo que resulta crucial en el contexto de la contención de su influencia tecnológica.
La producción de armamento en colaboración con Ucrania presenta claras ventajas para las empresas occidentales. Por ejemplo, los drones marítimos, los sistemas robóticos terrestres y ciertos tipos de sistemas aéreos no tripulados: son relativamente baratos de producir, lo que permitiría tener una escalabilidad significativa en su producción.
Lo mismo puede decirse de los sistemas de defensa antiaérea. Ya está en marcha un potente proyecto ucraniano-estadounidense Franken-SAM, que consiste en la adaptación de misiles estadounidenses a los sistemas de misiles antiaéreos de fabricación soviética. Otro ejemplo es la adaptación de misiles de fabricación occidental, concretamente los “Storm Shadow” y los “Scalp”, a los bombarderos Su-24 de fabricación soviética.
Por sí mismo, este planteamiento indica que Ucrania posee una potente base tecnológica, ya que combina las capacidades de las armas occidentales con las ucranianas.
Desde el inicio de la guerra en 2014, y especialmente tras la invasión a gran escala, han empezado a surgir nuevas empresas privadas compactas, que suelen dar empleo a entre 100 y 1.000 personas.
Estas empresas operan en un nuevo formato, que es distinto del funcionamiento de las antiguas grandes empresas, como la “Antonov”, donde antes de la invasión a gran escala trabajaban unas 9.500 personas, lo que era menos eficaz.
Así pues, la industria de defensa ucraniana, y, especialmente, su sector privado, está bien preparadas para cooperar con el mundo occidental y es un activo para Occidente.
El estado aún no ha terminado la reforma de su sector de defensa. Se debería llevar a cabo un enfoque internacional que incluya un intercambio de acciones.
Actualmente, las empresas estatales se están transformando en sociedades anónimas, pero no existen sociedades gestoras industriales. Por ejemplo, se propuso la creación de una sociedad gestora industrial para los sistemas de radar, que debía incluir a unas 20 empresas. Sin embargo, este plan no llegó a materializarse.
Uno de los principales problemas es que la gestión se realiza manualmente, lo que supone un obstáculo para el sector estatal. Además, el sector público compite con el privado.
Los representantes del sector privado se quejan de que el Estado promueve principalmente sus propias empresas para la cooperación internacional, que aún se enfrentan al problema de la falta de reformas.
La creación de colaboraciones público-privadas bien estructuradas permitiría avanzar considerablemente en el desarrollo tecnológico. Un ejemplo de ello es la fabricación de drones.
Son las empresas privadas las que resultan más atractivas para la cooperación con los socios occidentales y sus productos representan alrededor del 70% de las compras de las fuerzas de defensa en Ucrania.
Las grandes empresas estatales de defensa requieren optimización. Cuentan con vastos territorios infrautilizados, mientras que las empresas privadas son más compactas, flexibles y capaces de cooperar eficazmente.
En la actualidad, las principales necesidades del sector de defensa ucraniano son la optimización del funcionamiento del sector estatal y la construcción de un sistema que fomente la colaboración eficaz entre las empresas estatales y las empresas privadas.
VALENTYN BADRAK, DIRECTOR DEL CENTRO DE ESTUDIOS SOBRE EL EJÉRCITO, LA CONVERSIÓN Y EL DESARME
LA ENTREVISTA FUE REALIZADA POR ANASTASIIA HERASYMCHUK, LA EDITORA-JEFE ADJUNTA DE UKRAINEWORLD
TRADUCIDA AL ESPAÑOL POR VIKTOR SAVKIV, REDACTOR Y TRADUCTOR DE UKRAINEWORLD ESPAÑOL